Lejos.

Un lugar donde seas tú quién vivas de mis sonrisas. Dónde todo esté a nuestros pies porque seamos los dueños de todo. Un lugar dónde los corazones quieran como quieren querer las personas, dónde las lágrimas no existan, y el sol salga cada mañana. Un lugar dónde no dependamos de nadie pero nunca estemos solos. Un lugar dónde no exista el tiempo porque no tenemos prisas.
Nuestro lugar. Un lugar dónde los sueños se llamen realidad.

Verdades

Quería que se dejara de tonterías y lo dejara todo claro. Pensaba que cualquier mentira  a largo plazo dolería más que cualquier verdad, no quería sentirme engañada. No quería que nadie estuviera aquí sin querer, sin de verdad sentir la necesidad de estarlo. Pensaba que todo acabaría bien si pasaba de página, si cambiaba de libro. Y tan claro fue, que las palabras se convirtieron en puñales cuando las pronunció. Y ahí fue cuando me dí cuenta de que no había un largo plazo, de que el tiempo se había parado con esa gran verdad. Su verdad, la que tanto deseaba oír. La que tanto daño me hizo. La que me hizo darme cuenta de que él no era una página. No era un libro. Era la estantería entera. Mi puta vida entera.

¿Distancia?, ¿qué es eso?

Distancia. Destrucción. Impotencia. Olvido. Dolor.
Todos sabemos el tópico "la distancia separa cuerpos, no corazones". El " los kilómetros solo son unos cuantos números que intentan separar a la gente que se quiere". Esos tópicos que están creados por gente que ve las relaciones a distancia como un puñado de cartas y horas hablando por teléfono. 
Romántico. Admirable. 
Son muchos más que eso. Sonrisas y lágrimas tras el teléfono. Muchísimo más de lo que cualquiera puede llegar a imaginar. Son tardes pensando, recordando, sin saber que coño hacer para recorrer esos kilómetros en segundos y aunque sea ver su sonrisa desde la ventana. Poder abrazar a esa persona cuando lo necesite, o admirar esa mirada que siempre ponía cuando quería hacerme ver que todo iba bien. Son demasiadas cosas, demasiadas e imposibles de explicar con un par de líneas.
Hay un momento en el que no sabes que hacer. Lo ves todo perdido, la espera se hace interminable.
¿Y que se puede hacer?. Convertirse en uno de esos romanticones que sólo ven lo dulce de la distancia. Aprender a crear tópicos desde dentro de la historia. Ganarle a los kilómetros. Aprender a recordar su sonrisa desde el recuerdo. No estar triste por ti, si no por aquel imbécil que dijo que la distancia es olvido.

Perdón. Creo.

Lo siento por pensar que no merecías la pena. Por creer que sin ti todo iría mucho mejor. Por pensar que podía olvidarte. No fui yo, fue todo el dolor que me causaste.Todas las sonrisas rechazadas. Todas las tardes esperando al sonido del teléfono. Yo no quería, de verdad, pero no encontraba razones para quedarme, para seguir aguantando. Puede que todo fuera cosa mía, que lo hicieras sin darte cuenta, pero el sufrimiento era el mismo. Voluntario o no. No quería seguir, pensaba que merecía algo mejor que todo esto, una balanza en la que ganaran las sonrisas. Pensaba que la tenía, pero la que hacía trampa involuntaria era yo. Y me di cuenta. Y me sonreíste. Y volví al principio. Volví a pedirte perdón por valorarme.

Que si me cansé de gritar, fue por miedo a que el silencio se cansara de responder. Que si me cansé de ayudar, fue porque nunca valorabas el intento. Que si me cansé de escucharte, fue porque nunca me hablabas a mí. Si me cansé de buscarte, fue porque no te dejabas encontrar. Sí, me cansé de luchar, pero fue porque me di cuenta de que el motivo no merecía el sufrimiento. También me cansé de levantarme, y fue porque nadie estaba ahí para darme la enhorabuena.

Y sí, también me cansé de enamorarme, y fue porque me cansé más de tener que olvidar.

Y vivieron felices.

Todo parecía perfecto. "El color del mundo cambia a un ligero tono pastel". Todo lo que prometiste no hacer, lo haces, aunque eso es el amor ¿no?. Algo que te rompa los esquemas, algo que te clava ese nudo en la garganta, algo que te humedece los ojos hasta conseguir ese brillo inconfundible. Todo parecía perfecto, aunque el "pero" siempre vuelve. Y de repente, ese nudo te empieza a ahogar y todo explota, como si de una pompa de jabón se tratase, y te das cuenta de que así es el amor, algo tan fácil de crear y tan difícil de mantener como una simple pompa de jabón. Algo en el que las personas no hacen lo que deben hacer, sino lo que creen que deben hacer. Algo dónde no puedes poner punto y mal final, sólo puedes encontrar el momento en el que terminar, en momento en el que se pueda cumplir el "y vivieron felices y comieron perdices" que tanto se espera.

No es difícil sonreír cuando todo va bien. Difícil es sonreír cuando todo va mal, cuando hay algo que te destruye por dentro, que te quita las ganas de sonreír. Algo difícil no es levantarte de las caídas, algo difícil es encontrar a alguien que se siente contigo cuando no estés preparada para levantarte. Algo difícil no es enamorarse, es enamorarse y ser correspondido. Algo difícil no es olvidarte, algo difícil es ser capaz de recordar tu sonrisa  y darse cuenta de que no eres tú el motivo.

Búscame

Búscame cuando necesite cerillas para encender lo que se ha apagado. Búscame cuando me haya cansado de perseguir lo inalcanzable. Búscame cuando no pueda más, cuando se hundan tus sonrisas en mis lágrimas. Búscame cuando no tenga más fuerzas. Búscame cuando no pueda levantarme de la caída. Búscame cuando no quiera que me encuentres. Búscame cuando te canses de buscarme. Búscame cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite.

Hay veces que parece que todo va mal. Que no hay solución visible, y nos empeñamos en creer que las lágrimas son la única solución. En ocasiones tenemos razón, necesitamos sacarnos toda la mierda, antes de que sea ella la que nos coma por dentro.

No sabemos hacer otra cosa. Llorar. Llorar. Llorar.

¿De verdad pensáis que sirve para algo?. Las lágrimas no borrarán los problemas, simplemente te impiden ver la solución. Sé que no servirá de nada que os lo diga, que nadie quiere llorar, que eso no se controla. Ser un poco egoístas, ¿de verdad queréis darles lo que quieren?, regalarle vuestra mejor sonrisa. Qué lo único que echen en falta, sean tus lágrimas.

Cuando quieras con todas tus fuerzas que pase algo, por muy pequeño que sea, no busques estrellas fugaces, no esperes a soplar velas y no mires el reloj para hacer coincidir las horas con los minutos. No dejes tus tareas al destino, el destino solo es para esos idiotas que esperan a que las cosas sucedan sin ser ellos los que las hagan suceder. 
Así que, no seas uno de ellos, no pidas deseos y esperes sentado. Recuerda mi consejo, los deseos no se cumplen, las cosas se consiguen.

¿Casualidades?

Todo ocurre por alguna razón, y tú y yo lo sabemos.
No existen las casualidades, ni el destino, ni los deseos cumplidos; aquí lo único que existe son las metas perseguidas y encontradas.

No es verdad lo que dicen, hay veces que sí que se necesita la ausencia del bien para valorarlo cuando realmente lo podemos disfrutar. He necesitado toda mi vida para saber quien es quien necesito. Quien va a dejar a un lado las casualidades. Quien va a transformar los errores en aciertos. Defectos en virtudes. Lágrimas en sonrisas. Un "tú y yo" en un NOSOTROS.